Para planificar el primer viaje a Argentina, revisé la variedad de alojamientos en la ciudad de Buenos Aires y las diferentes opciones a la mano, una de las alternativas era el resort. Los resorts todos estaban lejos de la capital, y en búsqueda de nuevas aventuras, Mar del Plata apareció como una nueva propuesta en el viaje. Finalmente la agenda quedó organizada para la visita de estas dos maravillosas ciudades en compañía de la familia.
Acerca de los planes en la ciudad
Pensando en disfrutar del verano se planificó el viaje para el mes de diciembre. Tomando en consideración que vivo en el trópico, mi mente siempre estaba bajo la influencia de lo que esto significa, temperaturas frescas y la posibilidad de visitar la playa.
En primera instancia se buscó por internet las diferentes alternativas para llegar a desde la ciudad de Buenos Aires. Una vez que se arriba al aeropuerto Ezeiza se puede tomar un taxi al terminal del ómnibus de Retiro. Ya desde la seis de la mañana encuentras diferentes líneas donde comprar los pasajes y dirigirte a las diferentes ciudades del país.
La llegada a Mar del Plata
Ya en el ómnibus, nos encontramos con la sorpresa de recibir en cada asiento una bandeja con pasteles surtidos. Puntualmente comenzamos el viaje por carretera durante cinco horas directo a la ciudad, divisando hermosas planicies desde la ventana.
Ubicada en el sur de la Provincia de Buenos Aires sobre el océano Atlántico, Mar del Plata es el principal centro turístico de Argentina. La ciudad actualmente cuenta con un nuevo terminal con todos los servicios. Desde allí también se puede tomar los trenes para Buenos Aires desde el 2011.
Al dirigimos a un puesto de información nos ayudaron a llamar un taxi que nos pudiera trasladar al resort ubicado aproximadamente a 30 minutos de la ciudad
En el recorrido hacia el lugar de alojamiento, la primera impresión fue poder admirar una ciudad de gran tamaño, con calles amplias, vista al mar desde el malecón, acantilados, barrancas y una arquitectura variada en estilos. Hermosas panorámicas hasta llegar a RCT Club Vacacional & Spa.
La temperatura promedio en ese momento era 17 grados centígrados, para nosotros los caribeños no se mostraba mucho el verano, aunque para los locales sí. De hecho se apreciaba gente en short, camisas manga corta y ropa ligera caminando por las calles.
Visitar Mar del Plata
Una vez alojados, el siguiente paso fue buscar orientación para visitar la ciudad. Una de las primeras recomendaciones para comer al aire libre y degustar delicias del mar fue El Centro Comercial y Gastronómico del Puerto, ahí pudimos adquirir suvenires típicos y realizar un almuerzo en base a pescados y maricos acompañado de cerveza y vino de la localidad.
Para pasear e ir de compras, Güemes ofrece una agradable alternativa. Además de apreciar lindas calles, con locales comerciales donde te puedes detener para saborear excelentes almuerzos o merendar deliciosos postres, café y bebidas de tu preferencia.
Es de hacer notar que durante los días previos a la navidad, se puede ver en diferentes locales o centros culturales bazares para realizar compras de artesanías y hermosos detalles para obsequiar.
Uno de estos centros es el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino, que además de las actividades temporales, tiene una muestra permanente de pinturas y el mobiliario original de la casa.
El centro de la ciudad tambien brinda diferentes opciones para comprar de acuerdo a los gustos y posibilidades del visitante.
Un lugar con mucho qué mostrar es el Museo del Mar, el cual exhibe una muestra de tesoros marinos entre ellos más de 30.000 caracoles.
Diversa información llega a los turistas a través de catálogos o revistas en el cual encuentras la variedad de espectáculos programados por mes como: conciertos, obras de teatro, exposiciones entre otros.
Otra forma de percibir la ciudad es caminar por sus amplias aceras disfrutando el paisaje ya sea por el malecón o por avenidas internas. Grandes plazas y parques te deleitan y brindan espacios para descansar.
Las playas de Mar del Plata
Imposible no hablar de sus 47 kilómetros de costa. Las playas son variadas y para diferentes gustos. La mayoría cuenda con guardavidas, vestuarios, sanitarios, restaurantes, locales comerciales, alquiler de carpas y sombrillas, además de estacionamiento.
Para los que venimos del trópico sus aguas no son tan cálidas e incluso pueden ser muy frías, aún en verano. Otro detalle es la diferencia de la flora que se observa en el paisaje de la costa, como pinos, y eucaliptos característicos de climas templados.
El regreso de Mar del Plata
Para el regreso decidimos tomar el tren para Buenos Aires y así conocer otra forma de transporte. El viaje es cómodo y entretenido. Puedes disfrutar de canales de música o ver una película, y si deseas comer algo durante el recorrido, te diriges al vagón correspondiente en el cual te ofrecen bebidas y refrigerios.
Es importante para todo turista además de los sitios de interés, la calidad del trato que se recibe. Durante la estadía todas las personas fueron amables y cordiales, siempre dispuestas a cooperar con la información y especialmente hacerte sentir como en casa.
Son diversas las atracciones de esta imponente ciudad balneario, la cual recomiendo visitar cuando viajes a Argentina.
Te invito a visitar en Bon Voyage/Buen Viaje «Conociendo Londres»